Hoy íbamos a recorrer más de 400 kilómetros en autobús, así que salimos temprano, a las 8:20. Durante el recorrido pasamos por diferentes puntos que la guía nos fue mencionando:

• Tebas, nueva ciudad construida sobre la anterior. 
• El lago Marathon, cerca del cual se dio la famosa batalla. 
• Otro lago que se une al lago Marathon llamado Lliki. 

Después continuamos hasta Lidavia y llegamos cerca de Delfos al pie del monte Parnaso, que tiene pistas de esquí y estaban cubiertas de nieve. Es como un circo formado por imponentes montañas llenas de vegetación y de rocas preciosas, y en centro las ruinas de Delfos. Qué paisajes tan bonitos !! Se visitaban todos los edificios, a los que se accedían mediante escaleras, ya que estaban a diferentes niveles cubriendo una ladera. Vimos una reconstrucción romana del templete donde se guardaba el tesoro de los atenienses, varias columnas donde se apoyaban soportales y la base, y varias columnas de la entrada del magnífico templo de Apolo, donde aún funciona el oráculo de Delfos. Más a la izquierda, arriba, se veían las gradas del teatro que fue reconstruido por los romanos pero que no se conserva en buen estado. También nos habló nuestra guía del estadio, que estaba a una media hora de camino, pero nos faltó tiempo para ir a visitarlo.

Después, a las 13:05 entramos en el Museo de Delfos, e hicimos una completa visita, destacando el auriga de Delfos, la joya del museo, que es una obra de bronce reconocida en todo el mundo como la mejor y que fue esculpida en el año 478 A.C. Una vez finalizada la visita al museo, comimos en un restaurante llamado Caverna Agelos, y nos pusieron un menú de comida griega, que no estuvo mal, aunque la cerveza era muy cara (3 euros). Despues, en el camino de vuelta, pasamos por las canteras de mármol de Canteli y llegamos a Atenas sobre las 6 de la tarde. Nos duchamos en el hotel y dimos un paseo hasta las 9, para acostarnos pronto que mañana tocaba de nuevo excursión.

El mismo hotel de la noche anterior, el Esperia Palace.