Hoy madrugamos mucho, ya que nos levantamos a las 5:30, ya que teníamos mucha ruta por delante.
La primera parada sería en territorio bosnio. Nada más llegar a la frontera subió un policía al autobús y nos pidió los pasaportes, cosa que nos sorprendió. Después continuamos la ruta y llegamos a Mostar.
Mostar fue una ciudad muy dañada por la guerra de los Balcanes que se produjo de 1991 a 1995. Se veían edificios en ruinas, marca de las balas, etc...
El famoso famoso, Patrimonio de la Humanidad, había sido reconstruido, pero también fue destruido en la guerra. Y eso que fue bombardeado 6 veces, ya que en su construcción fue utilizada una mezcla de harina y huevo que le confirió especial dureza.
Visitamos los alrededores del puente, donde entramos en una mezquita y una casa árabe, y comimos por la zona, a la vez que aprovechábamos para comprar algún regalo.
Después salimos hacia Split. Estábamos disfrutando de un paisaje precioso, con islas verdes, vegetación maravillosa y riscos blancos altírimos, cuando de repente se paró el autobús ¡ habíamos pinchado una rueda !. Llamaron para que viniera otro autobús a recogernos, y hora y media después continuamos la ruta en otro autobús. 
Eso hizo que la visita a Split fuera más bien acelerada. Pudimos sólo ver el Palacio de Diocleciano, que nos gustó mucho. Es una palacio del siglo IV. Ocupaba 30000 m2 y de él ya sólo quedan los sótanos, las fachadas norte y sur, y un templete que es la actual catedral. Y en su interior han ido construyendo casas y palacios los diferentes pueblos que han ido habitando la zona a lo largo de la historia (venecianos, judíos, etc....).
En general, lo poco que vimos de Split  nos causó una buena impresión, aunque también nos dejó la sensación de que necesitaría un poco más de inversión para poner más bonita la ciudad.
Salimos de Split hacia Sibenik, y  las 22:30 llegamos al hotel Ivan, donde por la hora que era nos dieron una cena pobre y fría. Y mañana madrugón otra vez.

Dormimos en el hotel Ivan, de 3 estrellas, grande y un poco destartalado, con ciertos detalles que no nos han gustado.