Relatos de viajes
Relatos de viajes por España, Francia, Italia, etc...Fin de semana en Santiago
Enviado por Javier, el 26/01/2012Fechas del viaje: Del 3 de junio de 2011 al 5 de junio de 2011
Paises visitados: España
¿Cómo fue organizado el viaje?Por libre / por internet
Tipo de viajero:Pareja joven
El viaje
Itinerario del viaje
Sevilla- Santiago de Compostela - Sevilla
Este fue mi viaje
Cogimos al mediodía del viernes un avión en Sevilla con dirección a Santiago, con la intención de pasar el fin de semana.
Al llegar, nos alojamos en el hotel Hesperia Gelmirez, un cómodo hotel de 3 estrellas ubicado en la calle del Hórreo, 92, muy bien situado para recorrer la ciudad a pie (dispone de parking de pago a 5 minutos andando)
Tuvimos suerte, porque eran las fiestas patronales de Santiago de Compostela y la ciudad estaba de fiesta. Así que nos lanzamos a la calle a disfrutar del ambiente de la ciudad y ver los primeros monumentos. El centro de la ciudad era un puro bullicio, con orquestas tocando en las plazas y fuimos, en primer lugar, a ver la plaza del Obradoiro. Nos encontramos la desagradable sorpresa de que había manifestantes acampados en la plaza, por lo que nos estropeó mucho la primera impresión. Además, la Catedral estaba cerrada.
Después nos dijeron que, por ser fiesta, habían montado una feria en el Paseo de la Alameda, un parque que está en las afueras del centro histórico. Nos acercamos allí, dando un paseo por la ciudad. Había algunas atracciones, puestos de comida, y mucha gente. Subimos a la noria, que nos permitió contemplar una bonita vista de Santiago de Compostela desde el aire. Después, nos fuimos a cenar la exquisita comida gallega, que no nos fue difícil de encontrar en las calles Rúa do Franco y Rúa da Raiña, repletas de pulperías y bares.
A la mañana siguiente decidimos que haríamos una excursión por la costa. Cogimos un cochecito que alquilamos el día anterior y nos fuimos en busca de las Rias Altas. Nos encontramos con la costa en la localidad de Noia, y a partir de ahí fuimos por una bonita carretera que discurría por la costa. Otra localidad interesante que nos encontramos fue Muros (bonito paseo márítimo), y después fuimos a un restaurante que nos recomendaron en una tienda, casa Manolo, en la localidad de Caldebarcos. Comimos marisco de forma espectacular (relación calidad-precio), y con una amabilidad exquisita.
Como era junio y hacía calor, decidimos conocer también las playas gallegas. Así que cogimos nuestro bañador y nos fuimos a la playa de la Carnota. Es una gran playa de arena blanca y fina, que estaba casi desierta, y cuyo agua estaba limpísima. A decir verdad, no la probamos mucho, porque estaba helada.
Después continuamos la ruta y seguimos bordeando la costa hacia la cascada de Ézaro, cerca de Laxe. Es una cascada peculiar, porque es la única de Europa que desemboca en el mar (bueno, en una ría). Unos kilómetros después llegamos a Finisterre, que históricamente siempre se había considerado el punto más occidental de la Península Ibérica (aunque en realidad no lo es). Allí estuvimos un buen rato, contemplando una bonita puesta de sol, y encontrándonos por el camino con varios peregrinos que pretendían ganar el Jubileo llegando a este punto, pues es punto de destino del Camino de Santiago.
Después nos volvimos por el interior, ya que se nos hizo de noche.
Al día siguiente nos levantamos y fuimos a la famosa Misa del Peregrino en la Catedral de Santiago. La misa del Peregrino con botafumeiro es a las 12 de la mañana, pero eso no es una regla fija, ya que el vuelo del botafumeiro sólo se realiza si hay un grupo grande de peregrinos que así lo solicita. Fue espectacular, en varios idiomas, con mucha solemnidad, y con un entorno espectacular.
Poco nos quedaba ya de viaje, puesto que el vuelo salía a media tarde. Hicimos unas compras por la ambientada Santiago y nos dirigimos al aeropuerto para regresar a Sevilla
Al llegar, nos alojamos en el hotel Hesperia Gelmirez, un cómodo hotel de 3 estrellas ubicado en la calle del Hórreo, 92, muy bien situado para recorrer la ciudad a pie (dispone de parking de pago a 5 minutos andando)
Tuvimos suerte, porque eran las fiestas patronales de Santiago de Compostela y la ciudad estaba de fiesta. Así que nos lanzamos a la calle a disfrutar del ambiente de la ciudad y ver los primeros monumentos. El centro de la ciudad era un puro bullicio, con orquestas tocando en las plazas y fuimos, en primer lugar, a ver la plaza del Obradoiro. Nos encontramos la desagradable sorpresa de que había manifestantes acampados en la plaza, por lo que nos estropeó mucho la primera impresión. Además, la Catedral estaba cerrada.
Después nos dijeron que, por ser fiesta, habían montado una feria en el Paseo de la Alameda, un parque que está en las afueras del centro histórico. Nos acercamos allí, dando un paseo por la ciudad. Había algunas atracciones, puestos de comida, y mucha gente. Subimos a la noria, que nos permitió contemplar una bonita vista de Santiago de Compostela desde el aire. Después, nos fuimos a cenar la exquisita comida gallega, que no nos fue difícil de encontrar en las calles Rúa do Franco y Rúa da Raiña, repletas de pulperías y bares.
A la mañana siguiente decidimos que haríamos una excursión por la costa. Cogimos un cochecito que alquilamos el día anterior y nos fuimos en busca de las Rias Altas. Nos encontramos con la costa en la localidad de Noia, y a partir de ahí fuimos por una bonita carretera que discurría por la costa. Otra localidad interesante que nos encontramos fue Muros (bonito paseo márítimo), y después fuimos a un restaurante que nos recomendaron en una tienda, casa Manolo, en la localidad de Caldebarcos. Comimos marisco de forma espectacular (relación calidad-precio), y con una amabilidad exquisita.
Como era junio y hacía calor, decidimos conocer también las playas gallegas. Así que cogimos nuestro bañador y nos fuimos a la playa de la Carnota. Es una gran playa de arena blanca y fina, que estaba casi desierta, y cuyo agua estaba limpísima. A decir verdad, no la probamos mucho, porque estaba helada.
Después continuamos la ruta y seguimos bordeando la costa hacia la cascada de Ézaro, cerca de Laxe. Es una cascada peculiar, porque es la única de Europa que desemboca en el mar (bueno, en una ría). Unos kilómetros después llegamos a Finisterre, que históricamente siempre se había considerado el punto más occidental de la Península Ibérica (aunque en realidad no lo es). Allí estuvimos un buen rato, contemplando una bonita puesta de sol, y encontrándonos por el camino con varios peregrinos que pretendían ganar el Jubileo llegando a este punto, pues es punto de destino del Camino de Santiago.
Después nos volvimos por el interior, ya que se nos hizo de noche.
Al día siguiente nos levantamos y fuimos a la famosa Misa del Peregrino en la Catedral de Santiago. La misa del Peregrino con botafumeiro es a las 12 de la mañana, pero eso no es una regla fija, ya que el vuelo del botafumeiro sólo se realiza si hay un grupo grande de peregrinos que así lo solicita. Fue espectacular, en varios idiomas, con mucha solemnidad, y con un entorno espectacular.
Poco nos quedaba ya de viaje, puesto que el vuelo salía a media tarde. Hicimos unas compras por la ambientada Santiago y nos dirigimos al aeropuerto para regresar a Sevilla
Resumiendo...
Lo que más me gustó
- La misa del Peregrino, con botafumeiro incluido, que fue espectacular.
- La costa gallega (Rias altas). Bonita carretera bordeando entrantes de mar y localidades costeras con solera.
- La gastronomía de galicia, espectacular: zamburiñas, pulpo, ribeiro y alvarño.....
- La ciudad de Santiago de Compostela, preciosa, elegante y acogedora.
Lo que menos me gustó
Había una acampada de manifestantes en plena Plaza del Obradoiro que nos fastidió bastante las vistas y las fotografías.
¿Qué tiempo hizo?
Muy buena temperatura. Calor durante el día (como para ir a la playa) y fresquito por la noche