Innsbruck, capital de la región de Tirol, es una hermosa ciudad situada entre las altas montañas que forman la cordillera del Nordkette, al oeste de Austria. 

Sin duda lo que más impresiona de Innsbruck son los hermosos paisajes de los que se rodea, con perdón de su centro histórico, que tampoco carece de belleza. Una de las estampas más características de esta ciudad es la de su calle principal, Maria-Theresien Strasse, donde se encuentra un solemne Arco del Triunfo, construido en honor a la boda del emperador Leopoldo II, y la Columna de Santa Ana, conmemorativa de la de la liberación de la ciudad de los bávaros.

Sin embargo el símbolo por excelencia de Innsbruck no es otro que el Tejadillo de Oro, situado en el barrio gótico, en la calle Friederich. Se trata de un balcón-mirador construido por orden del emperador Maximiliano I también para conmemorar su boda. Llamativo por su decoración de escudos y escenas de baile y por el dorado de sus tejas, el edificio en el que se encuentra es hoy un museo en el que enterarse de la historia del  célebre emperador Maximiliano I. Como evidencian sus monumentos y edificios, Innsbruck fue colonia romana y residencia de importantes familias, entre las que destacan los Habsburgo, que dejaron un amplio legado patrimonial. El mausoleo del emperador Maximiliano, o Hofkirche; el Hofburg, palacio de la emperatriz Sisi; o la Horfkirche, impresionante iglesia gótica que Fermando I mandó construir en honor a su padre Maximiliano I son algunos de los ejemplos. Como curiosidad es en la Horfkirche, y no en la cripta de su mausoleo, en donde descansa el cuerpo del emperador.

Innsbruck es además una ciudad de coloridos edificios y de encantadoras callejuelas y  en ella también debes visitar al ayuntamiento antiguo, Alter Rathaus, desde cuya torre, de 56 metros de altura, gozarás de una excelente perspectiva de la ciudad. También se debe que dejar un hueco para visitar la Catedral de Santiago, la Iglesia de San Giacomo o el Palacio del Goldenes Dachl.

Alejándose un poco del centro se puede visitar el castillo de Ambras, en cuyo interior se albergan numerosas obras de arte además de una gran colección de armas y armaduras dignas de los mejores caballeros. Para disfrutar de la naturaleza dispone Innsbruck de dos teleféricos que acercan al visitante a las montañas de Patsch y Nordkette. El teleférico de Patcherkofel sube a 1.940 metros y el de Nordkettenbbahnen, también conocido como Hafelkar, alcanza una altura de 2.300 metros. Este último se coge en el mirador de Hungerbur, al que se accede fácilmente en autobús. Otro plan también recomendable en las afueras de la ciudad, sobre todo si el viaje se realiza en compañía de niños, es la visita al Alpenzoo.

Los amantes del deporte  de invierno aciertan sin duda al elegir Innsbruck como destino puesto que la ciudad ha sido en dos ocasiones sede de los Juegos Olímpicos de Invierno. El estadio de saltos de esquí Biersgel recibe numerosas visitas de aficionados y es otra de las grandes atracciones que posee Innsbruck, una ciudad con una amplia variedad de recursos.

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