París es una ciudad muy hermosa que sería preciso visitar más de una vez en la vida, de modo que un fin de semana en París nos permitirá disfrutarla pero nos dejará un regusto que nos pedirá más.

Imprescindibles son la Torre Eiffel, los Campos Elíseos, Los Inválidos, el río Sena, la Catedral de Notre Dame, el Arco del Triunfo, Montmartre o el Sacré Coer. El Museo Louvre o el de Orsay son muy recomendables, pero ha de disponerse de tiempo.

El primero de los días puede comenzarse con la visita a Los Inválidos. Se recomienda utilizar el metro: las paradas más cercanas a este punto son: Invalides, Varennes y La Tour-Maubourg. Si el exterior de Los Inválidos es hermoso, no le va a la zaga el interior. Bajo su cúpula central se encuentra la tumba de Napoleón.

Cruzando la explanada de Los Inválidos se llega al puente de Alexandre III, quizá el puente más bonito de París. Pasado este puente y sin desvíos se encuentra el Grand Palais y el Petit Palais. Este último posee una bonita decoración y un patio interesante.

Continuando por la Avenida Churchill se hallan los Campos Elíseos y a lo lejos, desde este emplazamiento, se puede divisar el Arco del Triunfo. El recorrido hasta el Arco del Triunfo es muy interesante, los escaparates y las exclusivas terrazas llaman la atención del viajero. El Arco del Triunfo fue mandado construir por Napoleón Bonaparte tras su victoria en Austerlitz en 1805; se recomienda subir a lo más alto del monumento, desde donde se puede divisar una buena vista de París y de su urbanismo.

Volviendo hacia los Campos Elíseos se llega a la Plaza de la Concordia donde está el interesante obelisco de Lúxor. Este obelisco es el punto central desde el que se ven: los Campos Elíseos al oeste, al este los Jardines de las Tullerías, al sur la Asamblea Nacional y al norte la Iglesia de la Madeleine.

Siguiendo por los Jardines de las Tullerías se alcanza el Louvre. Este Museo, dado que no hay mucho tiempo disponible, se puede admirar desde fuera.

Finalizando el día y el recorrido se debe tomar desde el Louvre la Avenida de la Ópera, calle comercial interesante.

El segundo día, se recomienda llegar temprano para poder acceder a las torres de la Catedral de Notre Dame pues suele estar bastante saturado; la parada de metro es Ile de la Cité. La catedral de Notre Dame se comenzó a construir en el siglo XI.

El siguiente destino es Montmartre, parada de metro Blanche. Desde allí accederemos al Funicular de Montmartre, aunque existe la opción de subir 200 escaleras.

Ya en la parte alta de Montmartre está la Basílica del Sagrado Corazón (Sacré Coer), una vista muy hermosa de París.

Llegado este punto, debería visitarse la Torre Eiffel. A ésta se llega a través de la parada de metro Trocadero. La Torre Eiffel es imprescindible subirla para disfrutar de las mejores vistas de la ciudad de París. Tiene 330 metros de altura y, se puede subir hasta el segundo piso o hasta lo más alto de la Torre.

Si aún queda tiempo, se recomienda coger uno de los barcos que discurren por el río Sena. Es muy agradable surcar sus aguas y permite tener una imagen de París que, en tan poco tiempo sería muy difícil obtener.

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