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Lugares turísticos de España, Francia, Italia, etc...NormandÃa o la reconstrucción eterna
Artículo sobre Francia, enviado por Alma Camacho y publicado el 03/07/2012Desde el 6 de Junio de 1944, día elegido por el alto mando aliado para el mayor desembarco naval de la historia, las costas de Normandía se convirtieron en símbolo y lugar de peregrinaje para viajeros, conscientes de que en sus playas se decidió el destino de Europa y del mundo. Hoy esta costa se ha convertido poco menos que en un parque temático donde revivir, en cierto modo, nuestra historia reciente.
Lo que los 135.000 soldados que desembarcaron en aquella madrugada de terror y sangre no tuvieron ocasión de apreciar fueron unas vastas playas, que en plena bajamar dejan un espacio de no menos de 500 metros de pasillo arenoso. La extensión de estas playas a lo largo de 80 km y la particular orografía de la costa, favorable para una ofensiva con garantía de éxito, indujo a norteamericanos y británicos a convertir Normandía en la puerta de la liberación.
Allí continúan parte de las baterías de defensa que las tropas alemanas levantaron, que en algún caso conservan sus cañones, como en Longues-Sur-Mer, o las torres de vigilancia, orientadas hacia el océano. Y allí siguen también, en Pointe du Hoc, las huellas que los proyectiles dejaron, como recordatorio de la batalla para las futuras generaciones.
Las playas cuyos nombres en clave fueron, y son, Omaha, desde la que se puede acceder al impresionante cementerio estadounidense de Colleville, Utah, Sword, Gold y Juno fueron por unos días los espeluznantes escenarios donde crueldad y heroísmo se dieron la mano.
Pero Normandía es mucho más que la operación Overlord. Su historia, al igual que la de la vecina Bretaña se remonta a época celta y ha conocido tiempos en los que fue invadida y en los que se tornó invasora.
Desde Mont Saint Michel a Dieppe, la costa Normanda ofrece un perfil menos agreste que el de la península de Bretaña, con mayor extensión de playas.
Visita obligada será naturalmente el punto que servía antaño com frontera entre las dos regiones. Mont Saint Michel es la fortaleza sagrada más impresionante de la cristiandad y uno de los destinos turísticos por excelencia en Francia.
Las costas normandas y sus sugerentes denominaciones (Costa Florida, Costa de Nácar) prometen días de descanso y descubrimiento de paisajes donde se alternan las llanuras y coloreados acantilados aún sin domar.
Caen, Bayeux, Rouen... Todas ellas son ciudades costeras o cercanas al mar con reminiscencias históricas y novelescas incuestionables. ¿Quién no ha oído hablar del magnífico Tapiz de Bayeux, Auténtico documento testimonial, bordado para conmemorar la batalla de Hastings y la conquista de Inglaterra por parte de los normandos, que podremos recorrer (decimos bien, recorrer, dado su descomunal tamaño) en el Centro Guillaume le Conquérant.
Desviándonos un poco de la costa, tenemos que entrar en Caen, capital de la Baja Normandía y que a lo largo de los siglos ha sobrevivido a invasiones y asedios que han marcado su carácter.
Le Havre, La Puerta Oceánica, terriblemente bombardeada durante la Segunda Guerra Mundial y posteriormente condecorada, reconstruida y declarada Patrimonio de la Humanidad, es el exponente de ciudad abierta al mar, dedicada al comercio, también con el interior, desde su fundación, por encontrarse situada en el estuario del Sena.
La costa normanda está salpicada de pequeños pueblos tales como Dauville o Cherbourg, en los que pervive la arquitectura tradicional, de madera vista y tapial, en convivencia con muestras de románico y gótico normandos, característicos de la zona y exportados a Inglaterra.
En definitiva, una región de historia convulsa, de la que vamos a encontrar recordatorios en cada rincón.
Temas: Normandia costa acantilados
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