Florencia resulta una ciudad impresionante, de izquierda a derecha, de norte a sur, es la ciudad del arte; sus calles, plazas, sus palacios y museos te sumergen en la más hermosa visión del Renacimiento más exquisito que se puede encontrar en menos metros cuadrados.

Esta ciudad no es sólo la capital de la Toscana, también es un centro histórico, cultural, económico, artístico,  y administrativo de esta región italiana, pero sobre todo y ante todo, es un paraíso para los amantes del arte.

Florencia fue la cuna de los más grandes maestros del Renacimiento: Leonardo, Brunelleschi, Botticeli y Miguel Ángel fueron algunos de los nombres que elevaron este estilo a su máxima expresión pudiéndose apreciar sus obras en distintos lugares de la ciudad.

El visitante de Florencia debe ir preparado para disfrutar al máximo de lo que la historia nos da y, aunque no siempre el visitar museos sea lo más divertido, aquí resulta casi obligatorio acudir a algunos de estos lugares: la Galería de la Academia, donde está ubicado el David de Miguel Ángel, la Galería Uffizi con la Virgen del Jilguero de Rafael y con cuadros de artistas como Botticelli, Tiziano, Rubens, Caravaggio, Rafael y Rembrandt, y el Museo de la Ópera, donde está la Sagrada Familia de San Giovannino de Miguel Ángel. Estos centros de arte son sólo una muestra de lo que hay, el visitarlos no saturará y nos permitirá empaparnos un poco más del espíritu de esta hermosa ciudad.

El área de San Lorenzo es un buen lugar para empezar el recorrido. Si es posible, es recomendable madrugar un poco para disfrutar del bullicioso y colorido mercado matinal florentino que se encuentra en San Lorenzo para después continuar por la Piazza del Duomo, centro religioso de la ciudad. Con el Duomo, el Battisterio y e lCampanile, la Piazza del Duomo es junto con el Ponte Vecchio el lugar más famoso y más hermoso de Florencia.

La Catedral de Florencia o Duomo, es una de las iglesias más grandes de la cristiandad; tiene una preciosa fachada de mármol blanco y verde y resulta recomendable subir a la cúpula de Brunelleschi, la cual impresiona por sus cuarenta y cinco metros de diámetro; es probablemente una de las cúpulas más bonitas del mundo. Además la Catedral también sorprende por el Campanile de Giotto, éste es un esbelto campanario construido en el siglo XIV por Giotto y Andrea Pisano.

Frente a la Catedral, nos encontramos con el Battistero di San Giovanni, el edifico más antiguo que hay en Florencia, también digno de admirar.

El siguiente destino podría ser la Piazza della Signoria, centro del poder civil y la zona más animada de la ciudad, restaurantes, cafés y mucha vida.

Otro lugar interesante es el Palazzo Vecchio y la iglesia de Santa Croce que alberga las tumbas de Galileo Galilei, Machiavelo yMiguel Ángel.

El Ponte Vecchio es uno de los puentes más admirados del mundo, siendo además el puente de piedra más antiguo de Europa, de ahí su nombre.

Pasando por el Ponte Vecchio cruzamos el río Arno, donde se puede respirar el aire medieval que inunda ese paraje.

Finalmente y si se dispone de tiempo, resulta muy recomendable visitar el Piazzale Michelangelo para disfrutar de la mejor vista de la ciudad en todo su esplendor, pasear por los jardines de Boboli para conseguir unos imprescindibles minutos de relax y revivir la historia de los Médicis.

Florencia aporta mucha vida y arte, es una ciudad deliciosa que transmite alegría, sin duda uno de los destinos más fascinantes para el viajero de la vieja Europa. 

Temas: Florencia arte monumentos Toscana