Salzburgo es una ciudad austriaca situada a 300 kilómetros de Viena y a unos 150 de la ciudad alemana de Munich. Atravesada por el río Salzach, Salzburgo es una ciudad elegante y señorial y si por algo es famosa es por ser la ciudad natal de Mozart y, por tanto, una ciudad de música.

Entre los principales monumentos a visitar, en la que es la cuarta ciudad más poblada de Austria, destaca la Abadía y el Monasterio de San Pedro. Fundado por el misionero  San Ruperto en torno al año 700,  patrono de la ciudad que descansa en su interior, combina estilos como el románico y el gótico. Su cementerio es considerado uno de los más hermosos del mundo. En él se conservan antiquísimas catacumbas excavadas en la propia roca de la montaña. Para conocer todos los monumentos religiosos  más importantes que presenta la ciudad, la siguiente parada es la Catedral de Salzbugo, considerada una de las obras arquitectónicas más importante del Barroco europeo. En ella se encuentra la pila bautismal en la que fue bautizado  Wolfgang Amadeus Mozart. Como no, la casa en la que nació y residió este genio de la música también se puede visitar, conocida como Hagenauer House. En la actualidad es un museo en el que se exponen varios de los instrumentos que Mozart poseía cuando era niño.  La Mozarts Wohnhaus es la casa a la que se mudó posteriormente con su familia; su visita nos permite completar la visión de cómo fue la vida de la figura más insigne de Austria.

Junto a Mozart, lo más representativo de Salzburgo es la Fortaleza de Hohensalzburg, situada en el monte Mönchsberg, a 120 metros sobre el nivel de la ciudad. Un antiguo funicular nos acerca hasta allí, pero quien padezca de vértigo también puede realizar el camino a pie. La Fortaleza data del año 1077 y su última remodelación fue realizada en el siglo XVI. Su interior es majestuoso y a través de una visita guiada se pueden conocer las distintas habitaciones así como la sala de tortura, la habitación dorada o la sala de justicia. Además, desde allí no te cansarás de hacer fotos puesto que la vista de la ciudad es espectacular.

De nuevo en el centro nos falta mencionar la Residenzgalerie, edificio del que no llama mucho la atención su exterior, pero cuyo interior es exquisito, por algo era el palacio de recepción de los príncipes-arzobispos. Se compone de unas 180 estancias que se agrupan en torno a tres patios interiores. Quien busque desconectar puede ir de tiendas por la Getreidegasse, una calle que además está rodeada de elegantes casas, conectadas entre ellas por hermosos pasajes y patios y la más importante de Salzburgo, o también pasear y tomar algo en sus alegres plazas entre las que, sin duda, la más célebre es la Plaza de la Residencia.

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