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Lugares turísticos de España, Francia, Italia, etc...Praga, el misterio kafkiano
Artículo sobre República Checa, enviado por David Rubio y publicado el 21/06/2012Praga es una de las capitales europeas más interesantes para el viajero. Por su situación geográfica en el corazón de Europa central, cercana a otras grandes ciudades es una urbe de fácil visita. Los aficionados al arte y a la historia tienen en la capital checa un lugar de visita imprescindible, pero además es una ciudad moderna en donde confluyen el este y el oeste de la cultura europea y es que Praga es clasicismo y modernidad, bullicio y tranquilidad, una ciudad, en definitiva, apta para todos los públicos.
Praga se funda en el siglo IX tras la construcción del castillo en la orilla del Moldava. Este río es uno de los símbolos de la ciudad y el viajero puede comenzar a captar las esencias de la capital checa escuchando el célebre poema sinfónico que el compositor Smetana dedicó al río en 1874, una obra musical de carácter nacionalista que reivindicaba el carácter checo cuando su tierra formaba parte del Imperio Austro-Húngaro.
Tras finalizar la 1ª Guerra Mundial se fundó Checoslovaquia. Más tarde Hitler ocupó la ciudad, y después de la 2ª Guerra Mundial Praga cae bajo el yugo soviético. Es en 1993, cuando definitivamente se separan Eslovaquia y la República Checa, siendo Praga la capital de esta última.
Para conocer parte de este convulso pasado histórico debemos acercarnos al Antiguo Cementerio Judío. Su origen se da en el siglo XV acogiendo también el Museo Judío y un monumento en memoria del Holocausto. Más de 12.000 lápidas, muchas de ellas en ruina, dan un aspecto realmente llamativo a este cementerio en donde también podemos visitar la restaurada Sinagoga Española.
Otro de los símbolos de Praga es su castillo. Una enorme fortaleza de dimensiones colosales que sigue siendo la sede oficial del Presidente de la nación. Dentro de este complejo se incluye la catedral gótica de San Vito, destacable por sus impresionantes vidrieras. Tampoco debemos perdernos el callejón del Oro del siglo XVI y los jardines. Y para tomarnos un descanso en esta imprescindible visita nada mejor que pasar un rato admirando las vistas de la ciudad desde su escalinata.
Y si hemos visitado el castillo no debemos dejar pasar la oportunidad de cruzar el Puente de Carlos, cuyo nombre proviene del emperador que ordenó su construcción a mediados del siglo XIV. Es la mejor manera de trasladarnos desde el castillo hasta Stare Mesto, la ciudad vieja. Este puente está flanqueado por numerosas estatuas entre las que debemos admirar la de San Juan Nepomuceno. Cuenta la leyenda que este santo fue arrojado desde el puente, y que aquella persona que frote la placa de bronce que hay bajo la estatua, volverá a visitar la ciudad algún día.
A nivel cultural, Praga es asociada a uno de los escritores más importantes de la historia contemporánea. Franz Kafka retrató en sus obras la ciudad bohemia con su peculiar estilo de narración claustrofóbica. Si aun no hemos leído nada del gran Kafka, una vez llegados a Praga es el momento de echar un vistazo a El Proceso o El Castillo y de paso, visitar su museo donde podremos conocer más de este extraño genio.
Si tras tanta visita cultural empezamos a tener ganas de una buena cerveza, estamos de suerte porque Praga cuenta con innumerables pubs donde relajarnos. La pivo checa es una cerveza de gran calidad y a precios muy asequibles. Y si buscamos algo menos bullicioso podemos optar por uno de sus cafés de decoración decimonónica para sentarnos y ver como cae el atardecer a través de uno de sus grandes ventanales. Y recuerda que a esa misma mesa tal vez se sentó Kafka o Kundera.
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