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Lugares turísticos de España, Francia, Italia, etc...Estonia: la perla del Báltico
Artículo sobre Estonia, enviado por David Rubio y publicado el 04/05/2012Las tres repúblicas ex soviéticas del Báltico son lugares de gran interés para el viajero. Entre ellas, Estonia es una pequeña perla que brilla con luz propia. A pesar de su poca extensión y de su bajo índice demográfico, este país es uno de los mayores atractivos de la zona y su relativa cercanía con grandes urbes europeas como Helsinki o San Petersburgo, otorgan al viajero un gran abanico de posibilidades.
Estonia es el más pequeño y septentrional de los países bálticos. Se encuentra situado al norte de la extensa llanura rusa. Su altitud media es muy discreta. Y es que el punto más alto del territorio estonio es el monte Suur Munamagi cerca de la frontera con Letonia, que solamente alcanza los 318 metros. El 20% del país está cubierto por bosques. Esto puede ser un elemento de interés para el viajero que busque actividades vinculadas a la naturaleza.
Así, el esquí y el senderismo son dos de los grandes atractivos de Estonia. Además, sus bosques son lugares de gran interés a nivel visual, y el viajero podrá relajarse en alguno de sus misteriosos y pintorescos ambientes. Tampoco conviene alejarse mucho, ya que, como decimos, son bosques muy espesos y de variada vegetación, en donde perderse es más fácil de lo que parece.
Estonia es una maravilla a nivel natural. Cuenta con más de 1.400 ríos y lagos, además de 4.000 km de costa y más de 1500 islas. Los aficionados a las actividades acuáticas están de suerte. El gran Lago Peipus, que marca la frontera con Rusia, es el mayor del territorio estonio. Una delicia visual muy recomendable en verano.
Los amantes de la naturaleza podrán disfrutar, así mismo, de la reserva natural de Alam-Pedja, con más de 260 km cuadrados de exuberante vegetación. Un paraíso perdido en donde el viajero podrá pasar horas de soledad en un evocador ambiente.
A nivel urbano, debemos destacar, por supuesto, su capital, Tallín. Estonia es un país que no pasa de 1.400.000 habitantes. (Poco más de Asturias, por poner un ejemplo en España) La mayor parte de la población se concentra en su capital, centro institucional y de negocios del país báltico.
Tallín cuenta con una enorme riqueza monumental y cultural que hará las delicias del viajero. Se encuentra catalogada por la UNESCO, como Patrimonio de la Humanidad, lo que da una idea de su valor histórico-artístico.
El origen de la ciudad es dudoso, pero ya existen fuentes documentales que sitúan una población en la zona durante el siglo XII. Y es que la Edad Media convierte a Tallín en un importante punto comercial del Báltico, entre Suecia y Rusia. Son estos dos países los que definen la historia de Tallín. Ambos controlaron el territorio hasta que a principios del XVIII pasaría definitivamente a manos de Rusia con Pedro el Grande.
Tras la Revolución de Octubre fue una república más de la URSS hasta que en 1991 se independizó. Su convulsa historia se manifiesta a lo largo y ancho de sus calles, siendo para el viajero una ciudad de gran interés.
La zona antigua es la más visitada por los turistas donde las murallas que rodeaban la antigua ciudad medieval son de visita obligada. Como lo es la Plaza del Ayuntamiento, donde con el buen tiempo surgen una gran cantidad de terrazas. El lugar perfecto para descansar, mientras se prosigue la visita.
Tallín cuenta con un gran número de monumentos e iglesias, muchas de ellas con un nivel de conservación muy alto. A destacar la Catedral ortodoxa consagrada a Alejandro Nevsky, uno de los personajes más importantes de la historia rusa, que quedó reflejado en la gran película de Eisenstein. Si buscamos una construcción religiosa medieval, no debemos perdernos la Catedral de Santa María con su impresionante torre.
Fuera de las murallas, Tallín nos ofrece otras perlas como el Palacio construido por Pedro el Grande a principios del XVIII, una bella construcción rodeada de fascinantes parques y estanques.
Tallín es el epicentro cultural y turístico de Estonia, pero no la única ciudad interesante. En el interior no debemos perdernos Tartu, cerca del lago Peipus que cuenta con una de las universidades más antiguas de Europa.
Y si nos va la marcha, Parnu, en la orilla del Golfo de Riga, nos ofrece las mejores actividades vinculadas al verano, con playas y una buena oferta de ocio nocturno.
Estonia, la perla del Báltico, un pequeño estado con una gran riqueza cultural y turística.